Reunido en cónclave secreto un
“prestigioso” consejo de economistas, ha extraído una “acertada” conclusión:
“nada es gratis”. Es un extraño parto de los montes, porque los montes ahora
paren llamas que abrasan a pobres trabajadores forestales. La cosa está que
arde y se oyen con frecuencia frases como éstas: “ me pusieron de patitas en la
calle; me sobra mes a final de sueldo; no falta dinero, sobran ladrones; no es
una crisis, es una estafa; manos arriba, esto es un contrato; nosotros ponemos
razones, ellos la fuerza; nuestros sueños no caben en sus urnas; no hay pan
para tanto chorizo”…
Gritábamos el 21-O en Madrid, unas
quinientas mil personas, contra el tijeretazo en Educación y Sanidad: “con la
salud no se juega; la ignorancia sale cara; la educación no se vende, se
defiende”… Muchos gritos, pero escasa resonancia en las cavernas mediáticas
sustentadas por el dinero y el poder. De aquí surgió el slogan: “no apagues la
televisión…, podrías pensar”. Claro que para pensar ya están los políticos, los
que nos libraron de las garras de la dictadura y nos metieron de patitas en el
purgatorio de la democracia.
Todo quedó “atado y bien atado” a la
rueda del capitalismo y al pesebre de banqueros, especuladores y farsantes
políticos, convertidos éstos en meros títeres representativos. Los recortes
sociales son escandalosos, en tanto la clase política sigue disfrutando de
sueldos y prebendas desmedidas. Somos un cero a la izquierda y otro a la
derecha; para el sistema opresor somos números rentables con beneficio social
cero-mata-cero. El capitalismo es malo por naturaleza, y el capitalismo refundado
es pésimo, porque nos retrotrae al siglo XIX. ¿Qué libertad otorgan los
demócratas de pacotilla a los que están mano sobre mano, a los licenciados, a
los campesinos desposeídos de sus tierras y de su hábitat, a los hambrientos de
la Tierra, a los que sufren guerras por culpa de la usurpación y el robo de los
recursos básicos para la vida de los pueblos?
El poder recurre ahora a la máscara
democrática, y en aras de la mal llamada seguridad, constriñe las libertades
básicas y apela a la militarización de la vida social para “gestionar”
emergencias. La OTAN puede declarar guerras y los políticos participar en
ellas, como “el trío calaveras” en Irak, Zapatero en Libia …, sin necesidad de
consultar al pueblo en referéndum. La situación explosiva de los oprimidos se
tornará en represiva por parte de los diseñadores del nuevo poder alienante y
deshumanizado: Grecia, y lo que venga. El Informe “UO 2020” remodela nuevas
estrategias para abortar rebeliones, y propone cambios operativos para
familiarizar la presencia de militares en calles y plazas. El capitalismo y la
banca antropófaga han declarado la guerra a los trabajadores, incluso a la
clase media y tecnológica: “caravanización” del hábitat en centro-Europa.
“Barracópolis” en las grandes ciudades; la choza ya es un lujo, ahora se
imponen las chabolas sobre ruedas para los enclaves destinados al destierro
social.
El abismo llega acompañado de la
“nuclearización” del Planeta. La guerra de las galaxias ha sido reeditada. OTAN
“de entrada, no” ha llegado muy lejos hasta situarse al borde del precipicio:
la Base Militar de Rota. España en mil pedazos con el silencio cómplice del
Partido Popular. La cleptocracia está servida y desde luego no se va a permitir
la “guerra” asimétrica en los “indignados”. Control preventivo, represión
social con fuerzas para-militares. Las tropas destacadas en Pianura (Nápoles),
y las de Vía Padova (Milán) causan terror social. Son el preámbulo. El aire
está envenenado, ¡irrespirable! y la sed de justicia clama al cielo. Mientras
la crisis se dispara, “ya nada es gratis”. Hay que pagar un alto precio. A los
“indignados”, ni agua.
FLAVIANO CASAS MARTÍNEZ
Fuente: Periódico Carrión Digital
31 de Octubre de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario